Historias de ONG... 3

Sucede lo que era esperable

Aunque el espacio era amplio los brazos rígidos estorbaban mi labor, por lo que decidí ponerme a su espalda, que quedó a escasos centímetros de mí. Los roces ocasionales de mi polla con sus nalgas hicieron que volviera a lamentar no haberme hecho la paja que tanto creía necesitar. Mi mente intentaba entender por qué, sintiéndome atraído por un hombre por primera vez en mi vida, mi polla prefería aquel cuerpo que, aunque bien formado, no dejaba de acusar los estragos de la edad, a los espléndidos cuerpos juv...

Historias de ONG... 2

Contnuación...

A pesar del calor, me dormí enseguida, aunque, eso sí, con un sueño bastante inquieto. En mitad de la noche, sentí un par de veces cómo Joaquín se levantaba, pero procuraba no prestar mucha atención para no desvelarme. Cuando el primer rayo de luz entró en la habitación, el sueño se escapó ya del todo (¡nos habíamos acostado a las 10 y 30!). Miré a Joaquín, tenía los ojos cerrados, pero parecía inquieto. Ahora no roncaba: la noche había sido bastante ruidosa, pero no había sido un gran problema para mí. Al...

Historias de ONG... 1

Em mis tiempos de ONG tuve que atender a un señor mayor

Siempre fui un buen estudiante y pude disfrutar de unos veranos ociosos, sin agobios. Demasiado ociosos, ya que tanto tiempo libre, en ocasiones, se tornara en tedio. Mis amigos de siempre fueron dispersándose cuando terminamos el instituto y los pocos con los que tenía contacto se pasaban los veranos, o estudiando, o en los pueblos de sus padres. De los nuevos amigos que había hecho en la carrera, ninguno vivía en Madrid, incluida mi novia de entonces, una guapa santanderina, que, por supuesto, volvía a ca...

De cómo una película... (16)

Con el moreno y su hermano.

Llegamos a la plaza y el amigo del de Valencia se une a su grupo. Yo me acerco a mis amigos; el moreno me mira sonriente; cuando voy a acercarme a él, mi amigo me agarra por el brazo y me lleva donde las chicas: “aquí lo tenéis”; ellas se ríen de esa forma idiota. “Vamos a ir a su casa”, mi amigo apunta hacia la chica más delgada; “sus padres no están y podemos poner algo de música”. Mi amigo parece entusiasmado, pero a mí el plan no me interesa lo más mínimo me acerco al moreno y me siento a su lado: “¿tú...

De cómo una película... (12bis)

El eslabón perdido

Se lo acaricio suavemente. Me gusta el tacto suave de la piel; con mi dedo índice acaricio la vena que lo recorre; noto que va engrosando poco a poco, pero no quiero que se le ponga tieso: me gusta la flexibilidad que tiene ahora y que ceda bajo mi puño. “¿Jugáis a esto con vuestros amigos?”. “No”. “¿Y entre vosotros?”. Dudo en decir la verdad, pero su gesto es dulce e invita a la confianza: “A veces...”. Sigo jugando con su pito mientras respondo; ahora está gordo, pero no duro. Me mira sin sonreír y su ge...

De cómo una película... (15)

Mi amigo, el perro y el amigo del de Valencia

Como hoy no han estado nuestros amigos (los padres del de los ojos claros les ha llevado a pasar el día en la playa), hemos estado casi todo el tiempo en casa. Mi amigo está jugando con el perro. Yo pienso en el día de ayer y en la obsesión que me ha entrado con el moreno. Después de lo que me contó el otro, sentí el deseo de sustituir al hermano pequeño y ser yo el que le tocara y besara el pito. Incluso estuve a punto de proponérselo, pero no me atreví. Sin embargo ayer hablamos mucho: él vive todo el año...

De cómo una película... (14)

De los descubrimientos que hago con mis nuevos amigos

Me visto rápidamente y salgo al patio, donde mi amigo juega con el perro: “¡Jolín! Cuánto has tardado”. “Ya... No sé... me entretuve...”.  “¿Y mi padre?”. “...No sé...”. Entramos a cenar: me da la impresión de que el padre de mi amigo evita mirarme, pero, cuando lo hace, está tan simpático y amable como siempre.

Después de la cena, vamos, como siempre, a la plaza. Hoy no están nuestros amigos y los mayores no nos hacen mucho caso. El rubio tampoco. Decidimos dar un paseo por las calles y volver a casa...

De cómo una película... (12)

Continuación

Sus ojos siguen cerrados y su boca muy abierta. Suda abundantemente  y parece que su cabeza se ha hundido más en la almohada, pero son los únicos signos visibles de haberse enterado de algo. Me tumbo en mi lado de la cama y me quedo mirándolo. Su pito sigue gordo y grande pero ahora está blando y reposa sobre su vientre  apuntando, como antes, ligeramente a la derecha de su ombligo. Siento cierta inquietud que no sé explicarme. Me doy cuenta de que no termino de entender esto del sexo, ni siquiera me entien...

De cómo una película... (11)

Me siento liberado al poder contar la primera experiencia con mi padre...

Lo miro de refilón pues ahora sólo pienso en la orden que me han dado. No sé por dónde empezar: Solo tiene sucios los pies. La pierna derecha está roja pero eso no es suciedad. Le limpio los pies. La toalla queda negra y le doy la vuelta. Le limpio las pantorrillas: él se mueve todo el tiempo, pero con pocas ganas; además no para de murmurar, aunque no se entiende lo que dice. Llego a los muslos. Ahora sí le miro: tiene el pito bastante pequeño y rojo; los huevos casi no se ven. <>. Se lo limpio con mucho c...

De cómo una película... (10)

Continúa la parte anterior.

Siento deseos de tenerlo más cerca, de sentir su proximidad de forma más física. Me atrevo a acercarme un poco más y a posar mi mano sobre su hombro y bajarla por su brazo, pero el sudor que lo cubre impide un deslizamiento suave. Se remueve; temeroso de despertarle, le doy la espalda. Pone el brazo sobre mí hombro; sonrío satisfecho.

Entro en un estado de duermevela, del que me saca un ruido cerca de mi oreja; siento su fuerte respiración, que no llega a ser ronquido, en mi nuca; ahora está muy cerca...