Confidencias maternales (IV)
Mi madre vuelve a verse con sus dos amantes y esta vez no sólo está dispuesta a contármelo con todo detalle sino que no le importa que yo sea testigo directo del encuentro.
Al día siguiente, cuando llegué de la Universidad, sobre las 3 de la tarde, me encontré a mi madre en casa vistiendo una batita muy corta, una de esas que se pone en verano, con sus piernas enteramente al aire y por tanto con una pinta de lo más sugerente. Generalmente se pone esa prenda llevando debajo bien una falda, un pantaloncito o unas mallas para estar en casa, pero aquel día como mucho llevaría debajo unas bragas porque todos sus esplendorosos muslazos quedaban completamente a la vista ya que la bat...