Luisa mi madura vecina

La señora Luisa era una señora que pese a sus 68 años, aún conservaba la figura que alguna vez seguramente fue la envidia de muchas mujeres y el delirio de bastantes hombres de antaño... Ella era bajita, de pelo gris, y muy guapa a pesar de sus muchas arrugas y sobre todo con un cuerpo admirable, como ya dije, aún con los años que tenía encima. Era dueña de un trasero bastante aceptable con unas nalgas gordas y unas tetazas de infarto, algo caídas por los años; pero de un tamaño increíblemente grandes.

La señora Luisa era una señora que pese a sus 68 años, aún conservaba la figura que alguna vez seguramente fue la envidia de muchas mujeres y el delirio de bastantes hombres de antaño....

Ella era bajita, de pelo gris, y muy guapa a pesar de sus muchas arrugas y sobre todo con un cuerpo admirable, como ya dije, aún con los años que tenía encima. Era dueña de un trasero bastante aceptable con unas nalgas gordas y unas tetazas de infarto, algo caídas por los años; pero de un tamaño increíblemente...

Mariela, la joven viuda

Esta historia sucedió el verano del 96. Mariela era la mamá de mi mejor amigo, una mujer muy bien conservada, de 1.70 mts. y de figura juvenil con unos pechos grandes y unas caderas prominentes a pesar de sus 46 años.

Esta historia sucedió el verano del 96.

Mariela era la mamá de mi mejor amigo, una mujer muy bien conservada, de 1.70 mts. y de figura juvenil con unos pechos grandes y unas caderas prominentes a pesar de sus 46 años. En una ocasión me llamó muy temprano a casa para preguntarme si yo también iba a ir al curso de verano que dictaba la universidad a la cual acababa de ingresar junto a Manuel, su hijo. Incómodo por no saber que responder, debido a que –como me imaginé- era uno mas de los inventos d...

Mi adorada tía Dorita

Este relato que voy a contarles sucedió hace ya 10 años atrás. Como todos los domingos, ese día fui a saludar a mis abuelos y me encontré con que justo en la puerta de la casa había estacionado un taxi, del cual bajó (para mi sorpresa) una mujer de unos 50 años aproximadamente y de una excitante y apetecible figura. Cual sería mi sorpresa al ver que ese mujerón era mi querida tiíta Dorita, a quien no veía hace como 15 años.

Este relato que voy a contarles sucedió hace ya 10 años atrás.

Como todos los domingos, ese día fui a saludar a mis abuelos y me encontré con que justo en la puerta de la casa había estacionado un taxi, del cual bajó (para mi sorpresa) una mujer de unos 50 años aproximadamente y de una excitante y apetecible figura. Cual sería mi sorpresa al ver que ese mujerón era mi querida tiíta Dorita, a quien no veía hace como 15 años.

Luego de los saludos y conversaciones correspondientes a la llegad...