No era lo que parecía.

Una noche no acaba como yo esperaba...

Cuando pisé aquel bar de copas, el último abierto en la zona antigua de la pequeña ciudad de interior en la que estaba, tenía claro que era para tomar el último gin tonic e irme para casa. Me lo había pasado bien ese día, a pesar de ser la “amiga soltera” de la novia, la única sin acompañante en el banquete. Había roto con mi pareja desde hacía mucho un año antes y, aunque tenía un par de rollos de verano, nada formal que llevar a una boda. Envié varios mensajes a uno de ellos durante la boda y algunas foto...