Lesbianas

Compartir piso de estudiantes con dos lesbianas cachondas que no paran de follar puede parecer el sueño de cualquiera; pero a veces las cosas no resultan como parecen, sobre todo cuando te pillan espiándolas en la cama...

Sus lenguas se enroscaron como dos carnosas, rosadas y húmedas serpientes, moviéndose y chupándose con frenesí, hasta enlazarse de manera que casi vulneraba las leyes físicas. Al tiempo, sus cabezas basculaban de un lado a otro, buscándose, besándose, lamiéndose y penetrando sus bocas hasta casi atragantarse, cuando las juguetonas puntas rozaron las campanillas. Sus cuerpos, jóvenes, tiernos y plenos de una incontenible energía, se movían al ritmo de la pasión ejecutando una sexual danza entre las arrugadas...

Belzeba iii. abandonad toda esperanza

Junto al trono del Infierno, y mientras los diablos disfrutan con sus prácticas sadomasoquistas, Lucifer se folla a su propia hija antes de revelarle sus planes respecto al Apocalipsis y al futuro de la humanidad.

Luzbel aguarda de espaldas, hierático, con sus alas recogidas. La pareja de demonios espera en silencio. Belzeba, entre ambos, observa a su padre rememorando la última vez que le vio. Fue hace tanto. El día en el que la condenó a cumplir penitencia en el rincón más oscuro del Abismo. Demasiado tiempo apartada de la gloria de aquél que osó rebelarse. El rencor que en su corazón creció por el castigo que siempre consideró injusto parece diluirse ahora, ante la magnificencia de su figura. Como si Él oyera sus...

La mordedura de la anaconda

La hermosa y descarriada Vandelha aguarda en una fría sala de interrogatorios. Va a ser interrogada por la implacable agente Vanidad McKenzie, que utilizará cualquier medio para humillarla y someterla a su voluntad. Así, Vandelha descubrirá por qué la temible pero atractiva policía es conocida como

– I –

Era evidente que sabía que la vigilaban y que su actitud despreocupada, enervada y un tanto desafiante no era lo sincera que pretendía ser, sino más bien una postura de cara a la galería. Sentada ante la mesa, erguida en la incómoda silla, con los brazos cruzados sobre su generoso pecho y la pierna derecha sobre la izquierda, el rítmico movimiento del pie remarcaba su irritación, mientras lanzaba su enésima y hastiada mirada a las grises paredes sin ornamentación que componían la sala de interro...

Servicio de habitaciones

La empleada de un hotel, en su roda de limpieza de habitaciones, se encuentra sobre la cama a un hombre desnudo e inconsciente. Respondiendo a un incontenible impulso decide aprovecharse sexualmente de él, a riesgo de que el hombre despierte y la descubra cabalgando sobre su cuerpo.

Al entrar en la habitación Almudena se sorprende al encontrar a alguien tendido sobre la cama. Había llamado a la puerta –pese a no colgar sobre la manilla el cartel de “No molestar”– antes de abrir con la llave maestra, como siempre hacía, pero nadie había respondido. Azorada se disculpa y retrocede para salir y continuar la limpieza en la siguiente habitación de la planta. La turbación no responde al simple hecho de encontrarse a un cliente; después de tiempo trabajando en el hotel no es la primera vez qu...

Sala de espera

Liberó entonces sus pies de las elegantes sandalias de tacón, estiró la pierna y alcanzó con los dedos mi entrepierna. Con habilidad me acarició la polla, logrando hacerme culminar la erección que había iniciado su pequeño striptease

No podía dejar de mirar sus piernas. Desde que entrara en la sala de espera y se sentara en frente de mí, sus tobillos, sus rodillas y el comienzo de sus muslos me habían resultado hipnóticos. Enfrascada en la lectura de una de las manoseadas revistas que descansaban sobre la mesita, de vez en cuando cruzaba y descruzaba las piernas, y mi corazón daba un vuelco ante la improbable posibilidad de vislumbrar algo dentro de la sombra triangular que la falda proyectaba entre sus muslos.

Inesperadamente apa...

Ronda de noche

En los vacíos y oscuros pasillos de un instituto, durante la noche, un gamberro juvenil, el Charly, es sorprendido en plena fechoría por la vigilante nocturna, Selena, una hembra poderosa y despampanante que le aplicará un “correctivo” tan riguroso como placentero.

Selena caminaba por el oscuro pasillo destilando esa aura de seguridad y control que le caracterizaba, embutida en el azul uniforme –un mono de una pieza, en realidad– que disimulaba sin ocultar su escultural anatomía color caoba. Con la porra colgando del cinturón y la linterna en la mano realizaba su habitual ronda nocturna por las silenciosas dependencias del instituto cuando algo le hizo detenerse. Tensó sus músculos y agudizó sus sentidos. ¡Ahí estaba de nuevo! Un ruido extraño. Avanzó enarbolando la l...

Látex

La apartó a un lado sin quitársela y exploró con la lengua todo el interior de la raja. El temblor de placer que recorrió el cuerpo de Almudena le indicó que era el momento. Se irguió, extrajo su polla erecta a través de la dentada bragueta del mono y la penetró...

Un leve sonido la despertó. No estaba dormida del todo, tan sólo levemente aletargada. Se había tumbado sobre la cama, en posición sugerente y con su nuevo conjunto de lencería sexy: culote transparente, negligé igualmente transparente con abertura delantera atado con lacito a la altura del escote y medias con ligas. Lo completaban sus zapatos preferidos que se ajustaban a su tobillo con una tira negra acharolada y contaba con quince centímetros de tacón. Una pocholada fetichista. Carmelo se volvería loco a...

Primeros auxilios

Dos enfermeros acuden a un piso respondiendo a una llamada de emergencia. Allí, desnudos y cohibidos, se encuentran a una pareja de amantes incómodamente enganchados por sus respectivos piercings cuando se encontraban en plena sesión de sexo. ¿Lograrán liberarlos sin causar daños colaterales?

Los dos enfermeros bajaron con decisión de la ambulancia, cerrando las puertas con un fuerte golpe casi sincronizado, y se dirigieron hacia el portal bajo las miradas curiosas de los viandantes.

–Esta vez déjame llevar la iniciativa –dijo Patricia resolutiva–. Ya estoy harta de ejercer de tu “ayudante”. Tenemos la misma titulación y estoy igualmente capacitada. No hace falta que me “protejas”, aunque seas tú el veterano. La mejor manera de que adquiera experiencia es con la práctica.

–Vale, vale...

La buena educación

Una alumna, tan díscola como atractiva, es rigurosamente castigada por su maciza profesora a causa de una falta que… la verdad, nos da igual conocer.

Agotada, temblando con los últimos estertores, agoto mi orgasmo acariciándome el clítoris, los labios, la entrada de la vagina, el anillo del ano… Mi mano se desliza con facilidad, empapada con los abundantes jugos expulsados por mi coño, mientras dejo que la frialdad de la tapa del váter alivie el ardor que abrasa mi culo, rojo y dolorido por el castigo. La relajación que me invade mece mi alborotada mente, revisando de manera caótica toda la experiencia vivida en el aula.

*

Al acabar la clase...

Interludio

Deslizó su mano sobre el abdomen de ella, despacio, con suavidad, apenas rozando la delicada piel de Rosa. Acarició el suave vello del pubis y alcanzó la vagina, empapada con sus propios jugos. Magreó los labios exteriores, las ingles, el ano, jugueteó con la jugosa carne de los labios interiores...

Le vio descender de la furgoneta desde la ventana y dirigirse hacia la oficina. Instintivamente soltó su hermosa melena color castaño, que siempre recogía en una coleta cuando trabaja, y comprobó su maquillaje en el espejo. Abrió el botón superior de la blusa, permitiendo intuir el nacimiento del canalillo –un toque sutil, pensó, sin vulgaridad– y decidió que su físico no estaba nada mal para haber cruzado ya la treintena.

Se sintió un poco tonta por la excitación que le provocaba cada visita, como un...