Despertar en la cárcel

Después de muchos meses sin publicar (sorry) os traigo un relato suelto. Una joven con problemas de adicciones entra en la cárcel y allí encuentra su camino... Una historia llena de morbo, encuentros lésbicos, dominación, sexo en grupo y el despertar de una sumisa. Espero que os guste.

La noche en que todo comenzó no fue una noche más. Mi 20 cumpleaños estaba reciente y al soplar las velas había pedido en silencio que se cumplieran un par de mis fantasías pendientes. Hacía tiempo que había descubierto que mis gustos sexuales no eran corrientes, y que me excitaban situaciones, formas, relaciones poco convencionales; pero no encontraba nadie cercano a quien abrirme, así que buceaba en los suburbios de redes sociales llenas de perfiles falsos y gente con pocos escrúpulos en busca y captura d...

El Internado de las Novicias Púrpuras 5

Leslie desaparece de repente y a Liliana le toca elegir. Quién será su Dueño, el que por fin la desflore? Sadomaso, lésbico, interracial y sexo muy sucio en esta parte con la joven mulata como protagonista. Espero que os guste. Como siempre vuestras sugerencias y críticas aquí, o en el mail. Besos!

-          Hola, Señorita Leslie. – Tenía una voz aterciopelada, nada habitual para su avanzada edad. Vestía un traje de apariencia carísima, con chaleco pero sin corbata, de color gris perla.  Llevaba una perilla perfectamente delineada, posiblemente de hacía unos pocos minutos y su abundante cabello plateado y ondulado estaba impecablemente peinado. A Leslie le pareció que olía maravillosamente bien y no pudo evitar cerrar los ojos y aspirar. Esto arrancó una sonrisa a su visitante. – Es Solo , de Lo...

El Internado de las Novicias Púrpuras 4

Morbo, dominación, escenas lésbicas, anal, oral... Cuarta parte de la serie. Las negociaciones por Leslie continúan. En este caso la aparición de la preciosa colombiana Paz me hace cambiar de categoría, rindiéndole tributo a mi debilidad por las mujeres de piel oscura. Espero que lo disfrutéis...

A menos de medio kilómetro de allí, el Sr. Davis visitaba a su jefe, y lo ponía al día. Don Rafael no se tomó muy bien las exigencias del sueco, y mucho menos que los Johnson estuvieran tras Leslie. Ya tuvo que ceder con Paz, muy a su pesar, pero Margaret lo convenció de que era lo mejor. El Internado apenas llevaba abierto unos años, y la primera “disputa” debían ganarla los fundadores, casi por una cuestión de protocolo. Pero ahora era distinto. Él no había podido catar a Paz, y no porque no hubiera busca...

El Internado de las Novicias Púrpuras 3

Tercera parte con fuerte carácter lésbico, aunque como en los otros capítulos manda la dominación con toques de sadomaso. Espero que la disfrutéis. Como siempre espero vuestras críticas y sugerencias aquí, por supuesto en el mail, lalenguavoraz@hotmail.com, o incluso en Twitter. Besos!

-          La pregunta correcta no es cuánto, si no qué. – Dijo el Sr. Olson.  – El dinero es importante pero yo tengo de sobra para vivir bien. – Era cierto, y el Sr. Davis lo sabía. – Sin embargo… hay cosas que no puedo pagar. – Hizo un parón, y continuó. – Cosas como los motivos del porqué se creó este sitio. No puedes pagar por los servicios que las muchachas ofrecen aquí. No con esta calidad, ni con esta calidez, ni con esta juventud. – Los ojos del sueco brillaban llenos de lujuria, sabiéndose dominan...

El Internado de las Novicias Púrpuras 2

En cuanto notó la lefa templada en su boca, el sabor agridulce de los fluidos, su posición humillada lamiendo a una hembra que acababa de ser bien follada en su cara, un nuevo escalofrío la recorrió y oyó cómo una de las pinzas se soltaba y caía... y sin mediar palabra, notó el primer latigazo...

-                     Sabes que eso no será fácil, por no decir imposible. – Dijo Margaret, que se aceraba moviendo las caderas y marcando con sus tacones de aguja cada uno de sus pasos. El Sr. Davis no pudo evitar mirar el coñito recortado de la Madame, perfectamente dibujado, milimétricamente cuidado. Las medias, el liguero, el corsé y la melena al viento le daban un aire de femme fatale que iba a hacer que se acabara notando la erección del adiestrador. Margaret había visto las miradas furtivas del Sr. D...

El Internado de las Novicias Púrpuras

Nada será igual después de que conozcas el Internado. La escuela de perras más elitista del mundo ha llegado. Oral, anal, sadomaso, sexo con maduros, lésbico... Todo tiene cabida en el Internado. Las normas las dictan ellos, y lo que pasa en el interior... allí se queda. Espero que os guste. Besos!

El Internado era un lugar mágico, un castillo como el de muchos sueños, un paraíso aislado del mundo, donde el placer era el único motivo de existencia. Cierto es que para que algunos obtuvieran ese placer, gustaban de infligir dolor a otros, pero no es menos cierto que existen muchas personas para las que eso también supone un placer. El lugar era absolutamente idílico para las niñas, un sitio de ensueño en un paraje espectacular. Para todas ellas, era su hogar, y al mismo tiempo, las educadoras y los adie...

La Pija y los Vagabundos (5)

Mila era brutalmente follada. Sin preguntar, la había levantado del pelo, la había llevado contra una mesa, le había soltado dos guantazos obligándola a sentarse y después a tumbarse, y la había penetrado sin cruzar palabra. La cabeza le colgaba y allí había otro hombre llenándole la boca de carne.

-          No sé qué quiere decir con eso. – Dijo Ely. Se dio cuenta de que no sabía ni el nombre del hombre al que había hecho su primera mamada, y no se atrevía ni a tutearlo. – Con lo que ha pasado aquí es más que suficiente para que los encierren de por vida. – Aunque hacía acopio de fuerzas. Lo cierto es que la voz sonó quebradiza.

-          ¡Jajajaja! – Álvaro soltó una carcajada, a la que se unió otra de Sabonis, mucho más grave y tétrica. – Otra que no se entera. – Apostilló. – No nos da ning...

La pija y los vagabundos (4)

Mila dio un pequeño empujón sobre el crucifijo y rompió el himen de su amiga. Notó que la resistencia cedía, y que la sangre brotaba por el coñito de su amiga, bañando la cruz. La escena era tan jodidamente obscena como morbosa. Para Ely, aquel pequeño crujido interior fue el fin y el principio...

-          ¡Mila! – Seguía sonando risueña la voz de Ely, absolutamente inconsciente de lo que acababa de suceder en el pequeño y sucio almacén de herramientas. – Me ha dicho la Tata que estabas por aquí, con unos hombres que van a reformar la piscina y el porche. – Ely seguía avanzando hacia el almacén, mientras Mila enjugaba sus últimas lágrimas, intentaba esconder la cara de culpa, y limpiaba los últimos restos de semen que quedaban a la vista.

-          ¡Estoy en el almacén! – Grito Mila. – Ya vo...

La Pija y los vagabundos 3

El enorme trabuco seguía perforándola como una máquina de sacar petróleo, lo que aumentaba tanto la desazón de sentirse usada y ultrajada, como el calor que quemaba su coño sin remedio... Mila no pudo evitar un nuevo orgasmo, tan cruel e irracional como el anterior...

La joven no era capaz de cerrar la boca. Se la tapó con una mano para no gritar, mientras notaba como las lágrimas se agolpaban en sus ojos, deseosas de salir y esparcirse por sus magulladas mejillas. Estaba perdida. No solo eso. Quizá ese hijo de puta no lo hubiera descubierto aún, pero en los elementos ocultos había algún que otro regalito, como un pequeño episodio lésbico con una amiga, unas fotos metiéndose un bote de desodorante, etc. Su vida se resquebrajaba, y ella no era capaz de parar la sangría. ...

La pija y los vagabundos (2)

De un empujón brutal el animal introdujo casi todo su aparato en el recto de la pequeña... El grito quedó ahogado por las braguitas, pero aún así sonó demoledor. El ano desgarrado de la joven expulsaba un hilito de sangre, que el vagabundo aprovechaba junto a su saliva como lubricante improvisado...

La joven dejó que el humo subiera por inercia desde sus labios hacia la nariz, y aspiró por ella para lograr ese efecto tan visual como desagradable. En ese momento, su obnubilada mente la llevó a varios meses atrás.

*Estaba tumbada en su cama, en su enorme y lujosa casa, mientras un niñato empujaba supuestamente con brío follándosela haciendo el misionero. Ella fingía con pequeños grititos, que casi le parecían ridículos. El joven no tenía una mala herramienta, pero la gastaba de pena. Dentro, fuera,...