Ema y el erudito señor M
Ema da rienda suelta a sus instintos más bajos fantaseando sobre el señor M.
Con un semblante ausente, Ema observa la imagen a través del espejo. Se halla cara a cara frente a sí misma, con las pupilas apagadas mirándose sin parpadear perdida en el paisaje de su propia reflexión.
- “Arrgh, otra vez divagando” -
sacude la cabeza al oír la vibración del teléfono.
Con ilusión revisa si alguna de las notificaciones le pertenecen a él, al señor M, con quién planea reunirse hoy.
Descubre que no hay mensajes nuevos en su chat pese a que aparece en línea....