Una mañana perfecta

Un olvido lleva a una situación del todo inesperada

Todas las mañanas Lazlo se levantaba, duchaba e iba a trabajar. Pero aquel día fue diferente. No se acordaba que ya no tenía donde ir, la empresa había cerrado. Se hizo un café, leyó un poco de prensa digital y cuando se encendía el primer cigarro de la mañana oyó abrirse la cerradura de la puerta.

Era Valentina, su asistenta de hogar, con la que nunca había coincidido por cuestiones horarias. Sin poder evitarlo la radiografió de arriba abajo, un gesto de aprobación surgió en su cabeza…cuánto le gusta...