Sorpresas te da la vida
Nunca sabes como puede acabar una tarde, que se presentaba tranquila.
Sorpresas te da la vida
Recuerdo que era un día jueves del mes de Julio y yo andaba por el centro de la ciudad haciendo unos recados. Eran ya las 4 de la tarde y yo no había almorzado nada aún, me dirigí a un pequeño restaurante donde pude almorzar ya que ahora tenía que hacer hora para esperar a mi amiga Irene quién trabajaba en el centro y nos habíamos quedado en reunirnos con el fin de charlar un rato, era muy temprano y había terminado de almorzar, así me fui caminando hacia un lugar más...