Solo iba a ser un paseo...

Raquel está esperando a su hija a la salida de un concierto. Un inocente paseo para matar el tiempo se convertirá en un descenso a los abismos de la depravación...

Raquel apuró el café del vaso de cartón apoyada contra la puerta de su Volvo C60. Miró el reloj. Eran las 22.45. Podía quedar aún más de una hora para que su hija saliera del pabellón multiusos en el que se estaba celebrando el concierto de uno de esos traperos o cómo se llamaran que ahora estaban de moda. Raquel suspiró y empezó a deambular lentamente por el aparcamiento. Estaba absolutamente lleno de coches, algunos de ellos con algún progenitor como ella en su interior esperando a sus hijos adolescentes....

El desahogo de Lucía (II)

Lucía continúa el viaje que ha de liberarla de su tediosa rutina...

El café humeaba en el vaso de cartón de mientras Lucía lo observaba como si se tratara de un extraño insecto digno de estudio. Sentada sola en aquella mesa, con el alboroto de voces infantiles, risas adolescentes y riñas de madres típico de los McDonalds atronándole en los oídos, Lucía empezaba a arrepentirse de haber entrado allí. Tras el fin de la jornada en la gestoría en la que trabajaba de secretaria, había decidido tomar un café para despejarse la cabeza y no había tenido mejor idea que meterse en ese...

El desahogo de Lucía.

Otra resubida. Una madura frustrada que se encuentra a su joven vecino en una discoteca...

Lucía miró el gintonic medio aguado que sostenía su mano derecha y del que apenas había tomado dos sorbos en media hora. Allí, parada junto a la barra viendo aquel nubarrón de cuerpos y cabezas que bailaban bajo las luces de la pista, se sentía tan fuera de lugar como un payaso en mitad de un velatorio. Empezó a arrepentirse de haber aceptado la propuesta de salir de marcha que le había hecho su amiga Julia. “Vamos tía, hace años que no sales. Te vas a apolillar...”. Tenía 48 años y era cierto que hacía año...

El viejo del centro comercial (II)

Sigo resubiendo. Continuación de las desventuras de Sandra tras su primer encuentro con el viejo del centro comercial...

Sandra cerró los ojos mientras escuchaba el canto de los gorriones. La clase que tocaba después de la media hora del almuerzo se había suspendido por enfermedad del profesor, así que una larga hora y media se extendía entre ella y el inicio de la siguiente hora lectiva. La mayoría de sus compañeros de aula había aprovechado para salir del centro (más de uno ya ni volvería) o estaban en la cafetería. Ella se había refugiado en un estrecho pasillo de cemento que quedaba entre la verja del instituto y el salón...

El viejo del centro comercial

Recuperando viejos relatos de mi antigua cuenta. Éste era uno de los favoritos. El encuentro en el centro comercial que iba a cambiar la vida de Sandra...

“Zorra”, pensó Sandra mientras con su dedo iba recorriendo el Instagram de una de sus archienemigas en la pantalla de su móvil. Hacía 15 minutos que, cansada de la caminata con sus padres y hermano pequeño a la búsqueda de vestuario para cierto evento familiar venidero, se había declarado en rebeldía y sentado en el banco en el que ahora mismo se hallaba. Tras una pequeña discusión con su madre, finalmente había quedado en encontrarse con su familia a las puertas de los cines en hora y media. Sandra odiaba...