Nunca sabes cómo acabará la noche
Mi marido siempre me recordaba una estúpida apuesta de universitaria. Esa noche de principios de verano lo consiguió. Voyerismo, trio, orgia y algo de lésbico.
Aquella noche de principios de verano después de ver una película que tan solo resultó entretenida, disfrutamos de una excelente cena en pareja. Habíamos podido dejar a los niños con los abuelos, los padres de Javier mi marido. Hacía tiempo que no disfrutábamos de una velada para nosotros dos.
Caminábamos abrazados en busca del coche cuando Javier propuso alargar la noche un poco más. Sugirió ir a bailar y tomar unas copas. La verdad no me apetecía demasiado. La semana había sido bastante dura y suspi...