Juegos de lobo

Ten cuidado con lo que juegas...

Hola. Mi nombre es, bueno,  para vosotros Ness y no, no tiene nada que ver con el lago escocés.

Lo que les voy a contar, es producto de mi imaginación, o tal vez no, no estoy segura, porque lo sentí tan real que a veces dudo hasta de mi misma y de mi cordura.

Juzguen ustedes mismos…

Galway, Irlanda. Marzo de 2012.

¡¡Dios, me encanta esta ciudad!! Soy estudiante de Erasmus y estudio en la NUI, Universidad Nacional de Irlanda, mi último año de Derecho. Llegué a esta ciudad a princi...

El vagón de las nueve y diecisiete

Un día aparece alguién, un día aparece Él.

Como cada jornada, sobre las nueve, Ámber regresaba a casa. Utilizaba la línea de metro número 3, cuya duración era de veinticinco minutos y que siempre pasaba por la estación a las nueve y diecisiete. Eso le daba tiempo a comprarse algo de comer en la tienda de la esquina, normalmente un croissant, que mordisqueaba con calma mientras paseaba hacia el andén. Aquella noche llevaba un libro bajo el brazo, una nueva lectura que empezaría en cuanto se diese una ducha, se pusiera el pijama y se metiera en la cam...

La bolsita de caramelos

¿Hay algo más dulce que tú?

Damián salió de su trabajo como cada día, bien avanzada la tarde. Y como cada día, camino de casa, paraba en la pequeña dulcería de la plaza mayor, a comprar los ricos caramelos que desde su niñez había saboreado y que con el tiempo no habían hecho nada más que crearle una deliciosa dependencia de la que ni podía ni quería curarse.

Al igual que hacía su padre cuando era pequeño y lo acompañaba, entraba en la tienda, preguntaba quién era el último o la última y esperaba pacientemente su turno. Pero cu...

El Reencuentro

Hay situaciones, momentos, circunstancias que cambian radicalmente nuestra existencia hasta el momento.

Había pasado más de un mes de aquel encuentro fortuito con Pablo y no supe nada de él. Fui a casa de mi tía en numerosas ocasiones con la esperanza de que igual aparecería por allí, pero nada, ni rastro. Y no me atreví en ninguna ocasión a preguntarle a mi tía por él porque empezaría con su interrogatorio. Aquel día, el del funeral, nos despedimos atropelladamente, mi tía me agarró de un brazo hasta llevarme al lado de unos primos que ni conocía ni quería conocer. Le perdí de vista y no volví a verle en lo...