Vampiro: Ariadna y Radavic
Su secuestrador la lleva a un bosque. Ariadna se preguntaba con impaciencia si volvería a abusar de ella tan brutalmente como lo había hecho el día que lo conoció.
El viaje de Ariadna fue caótico en su mente. El semen frío y viscoso de su captor se había mezclado con su sangre y eso debió traerle alguna especie de enfermedad. Estuvo muy caliento los días siguientes, mareos y vómitos. A pesar de su maltrato inicial, el vampiro se mostró muy paciente y cordial con ella en el viaje, haciendo pausas para que ella pudiera hacer sus necesidades y retorcerse un rato de dolor si era necesario. Él no habló en ningún momento, sólo dijo su nombre, Radavic. En el viaje no volvió...