La Hora del Descanso
Me apetecía visitar a mis amigos en el cine...
Tal vez, solo tal vez me he pasado con esa bebida del Ikea. De los nervios me he bebido tres latas y ahora todo me parece muy gracioso y me siento como un peligro público. Aun así consigo moverme y llegar hasta el cine, y pisando con mucha seguridad y una sonrisa en la cara.
Mis amigas y Pablo, quien me quita el sueño, trabajan ahí. Excepto proyectar películas se dedican a todo: venden las entradas, las cortan, acomodan, cobran las chucherías o limpian las salas, según les toque cada día. Ha...