Sofía, mi novia religiosa (II)
Poco a poco, Sofía se abre al mundo del sexo. Acompañarla en ese viaje es un verdadero placer.
Llegó a casa puntual. Tenía un pantalón negro muy apretado, que le marcaba esa cola espectacular que sobresalía sobre esas piernas largas y hermosas. No se le marcaba la ropa interior, pero me moría de ganas por saber qué tipo de bombacha tendría puesta. ¿Usará tangas Sofía? ¿O le parecerán pecaminosas? Me dije a mi mismo que esa noche tendría que averiguarlo, sí o sí.
Le propuse lo típico: cena y peli. Cociné unos fideos de paquete con una salsa preparada, nada muy innovador. Mientras cocinaba nos dimo...