Mi Señor...continuación de Mi putita
su juego apenas había empezado. Que su declaración de compromiso y sus lágrimas a la hora de pedirme que forme parte de su vida, no eran más que piezas que movía en su tablero. Yo era el Rey en su juego y estaba en Jaque.
Mi Señor
Me desperté esa mañana sintiendo unos dedos que recorrían de un modo casi imperceptible el contorno de mis caderas.
-Buen día chiquita- dijo Martín.
-Hola- mi voz todavía sufría los efectos del sueño.
-¿Cómo estás?- me preguntó sin dejar un segundo de acariciarme.
-Bien- le dije intentando fijar la vista para captar la expresión de su rostro. Se veía tranquilo, un poco pensativo, casi como aliviado. Cuando sus ojos se encontraron con los míos me miró con un...