Solo en la casa de mi cuñada
Un ladronzuelo de bragas se queda solo en la casa de la cuñada y tiene la oportunidad de hacer realidad sus fantasías.
Desde hace mucho tiempo me ha gustado la lencería; olerla, tocarla y vestirla es como estar con una mujer sin compañía alguna. Así de grande y torcida es mi fascinación.
Cada vez que puedo, entro al cuarto de una mujer. Me he asomado a muchos cajones de ropa interior y he robado algunas prendas, pero sólo una vez me había puesto una prenda en esas habitaciones prohibidas, y eso fue hace mucho tiempo.
Otra obsesión que tengo es averiguar si una chica se masturba, y cómo lo hace. Eso supo...