Como aman los dioses (III) - Martillos y flores.

Tristeza, miedo y felicidad, sentimientos de mortales. Los Dioses existen y son criaturas caprichosas que no dicen por favor, ni dan las gracias. Pero, ¿qué pasaría si dos Dioses se enamoran de un mismo mortal?, una guerra por amor se desatará y el joven muchacho en medio del fuego cruzado quedará.

Como aman los dioses (Capítulo III) - Martillos y flores.

Mike Johnson, ese era el nombre que aparecía en mi acta de nacimiento. Estereotipo de macho alfa brabucón, deportista estrella y Don Juan popular con buena suerte para las señoritas. Hasta podría incluir “colección amplia de enfermedades venéreas”, si no fuera por el hecho de que eran solo rumores. Yo usaba protección con mis ligues… Y eso seguramente era lo que todos en el instituto pensaban de mí. No sería así si no fuera por el hecho de...

Como aman los dioses (II) - Entidades milenarias.

Tristeza, miedo y felicidad, sentimientos de mortales. Los Dioses existen y son criaturas caprichosas que no dicen por favor, ni dan las gracias. Pero, ¿qué pasaría si dos Dioses se enamoran de un mismo mortal?, una guerra por amor se desatará y el joven muchacho en medio del fuego cruzado quedará.

Como aman los dioses (Capítulo II) - Entidades milenarias.

— ¡Carajo!, ¿porque no abre la puta puerta de una vez? —

Solo eran las ocho de la mañana y no dejaba de sonar el timbre de la casa.

— ¿Quién será a estas horas? Por el amor a Dios, ¡es domingo! ¿Acaso no hay algo más sagrado que eso? —me dije para mí mismo aun enrollado entre las sabanas.

— ¡Mierda!, nadie contesta, ¿dónde estará él? De seguro que no escucha el timbre. Pero esta es su casa, son sus visitas, que el a...

Como aman los dioses (I) - Vendaval de cambios.

Tristeza, miedo y felicidad, sentimientos de mortales. Los Dioses existen y son criaturas caprichosas que no dicen por favor, ni dan las gracias. Pero, ¿qué pasaría si dos Dioses se enamoran de un mismo mortal?, una guerra por amor se desatará y el joven muchacho en medio del fuego cruzado quedará.

Como aman los dioses (Capítulo I) - Vendaval de cambios.

Apenas abrí la puerta quedé cegado, el sol cínicamente le sonreía a mis ojos, continué corriendo y mis zancadas se alargaban cada vez más, las paredes de los edificios desprendían calor y la brisa seca acariciaba mi piel, la gente pasaba y no me prestaban atención, como cuerpos vacíos puestos al azar. Este clima caluroso seducía al tiempo, lo volvía lento. Por alguna razón, si bien no tenía sentido, sonreí…

—VUELVE AQUÍ, ¡AHORA MISMO!,...