El director del hotel me emputece junto a mi hija

Siguen las aventuras y desventuras de la puta gata kitty y su hijita Zoe, en un hotel de Cádiz

—¿Qué le has hecho a mi hija? ¡Zoe! ¡Zoe! —grité desde la entrada de la habitación del director del hotel. El de seguridad me tenía agarrada por detrás.

—Tranquila puta, no he hecho nada que ella no deseara. Sabes ha resultado ser tan zorra como su madre.

—¡Maldito cabrón! —grité fuera de mí sin lograr nada.

—Esa no es manera de dirigirte al amo. —Me sacudió Antonio—. ¡Discúlpate ahora mismo!

—¡No! Solo quiero irme y llevarme a mi hija, no quiero seguir aquí.

—Eso no vas a deci...

Mi amo me domina en un probador

Casada aburrida busca los placeres de la dominación en un amo que la pondrá a prueba.

Espero muy quieta en el probador.

Mi amo ha sido muy claro con su orden de hoy.

«Quiero que vistas solo un abrigo largo, zapatos de tacón y el plug de cola de zorra en el culo, además de tu collar de sumisión»

«Sí, amo»

«Irás al centro comercial, entrarás en la sección masculina, pedirás una corbata y entrarás en el probador, el último de la izquierda. Cuando quede libre entrarás, te despojarás de la ropa, atarás la corbata alrededor de tus ojos y me esperarás de pie. De espaldas a l...

Zoe se convierte en sumisa

La pequeña Zoe es sometida en la habitación del director y se convierte en su puta

Los ojos me pesan, el cuerpo también, no sé cuando he dejado de caminar para que alguien me lleve entre sus brazos.

Trato de abrir los párpados, pero me pesan, sin embargo logro atisbar su silueta, quien me lleva es él, Daniel.

He estado muy caliente toda la cena, cuando empezó con los toqueteos bajo la mesa no daba crédito. Algo me empujaba a dejarlo. Estaba excitada y me complacía ver a un hombre como el interesado en mí.

Estar en un restaurante y que mi madre estuviera al otro lado me d...

Mi hija llega al hotel y soy usada durante la cena

Zoe llega al hotel y Tamara no tiene más remedio que obdecer.

Confieso que tenía el corazón encogido, pensando en las barbaridades que el director podría estar haciendo a mi hija.

El de seguridad llamó a la puerta y casi le empujé cuando oí el adelante.

Mis ojos otearon con nerviosismo la sala, donde mi hija estaba sentada con un vestido veraniego anudado a la espalda y una sonrisa coqueta en los labios.

-¡Mamá! –exclamó levantándose provocando que sus jóvenes pechos se bambolearan ante la avidez de aquellos depredadores.

-Hola, Zoe.

Ella...

Mi segundo cliente me convierte en wc

Soy Tamara, estando de vacaciones en un hotel me he metido en un gran lío. Mi marido no está y encima me ha dicho que mi hija viene de camino. He tenido que convertirme en la puta del hotel y los clientes hacen lo que quieren conmigo. Recomendado leer los relatos anteriores.

—¡No puede ser que Zoe ocupe tu plaza en el hotel! —exclamé nerviosa ante la llamada de mi marido.

—¡Claro que puede ser, yo mismo llamé ayer para arreglarlo! El director me atendió personalmente, con muchísima amabilidad. Y me dijo que como no está al cien por cien de ocupación y nuestra cama era de matrimonio, le ponía a nuestra hija una habitación individual por un suplemento ridículo que ya he pagado. Además nuestra hija debe estar a punto de llegar ha salido muy pronto con el chofer.

Mi cue...

Violada en el autobús

La hija de Tamara decide probar algo que ha visto en un vídeo y la ha excitado. Pero las cosas se truncan y nada será lo que ella había imaginado.

Me miré en el espejo y pincé mis labios nerviosa.

Ya estaba hecho, había elegido el atuendo especial que me llevaría a cumplir la fantasía que llevaba pululándome por la cabeza, desde que descubrí aquel vídeo en el ordenador de mi padre.

En él una chica japonés de mi edad, era manoseada en un autobús por un hombre trajeado. Tras varios intentos infructuosos de que la dejara en paz, el hombre terminó masturbándola mientras ella lloraba compungida.

Me había excitado tanto que tuve que subir...

Mi primer cliente en el hotel

Tamara tiene que atender al primer cliente, lo que no espera es encontrarse con una bella mujer, karolina, con quien deberá cumplir los deseos de un hombre de setenta años.

Es recomendable leer mis anteriores relatos, aunque no indispensable.

Me llené la bañera hasta arriba.

Sentía asco de mí misma por lo que acababa de hacer. Estuve cepillándome un buen rato los dientes para eliminar el sabor de Antonio y los pelos que se habían quedado atascados.

Estaba bastante agotada por la mañana que había tenido así que al sentir el contactó con el agua caliente mi cuerpo se relajó de inmediato.

Debí quedarme dormida, porque cuando desperté, por los golpes en la...

El de seguridad me lleva a ver al director

Siguen las andaduras de Tamara siendo dominada en un hotel. Tercera parte.

Caminar desnuda, con un pareo que no cubre nada puede resultar vergonzante para cualquiera, pero no para mí.

Me gustaba ver las caras de aquella de los clientes del hotel contemplándome, algunas horrorizadas y otras excitadas. Nunca me había dado pudor enseñar mi cuerpo, nacemos con él y morimos con él, cada uno lo cuida a su manera y a mí me gustaba mimarlo.

El de seguridad, un hombre de unos cincuenta, bastante pasado de peso y sudoroso, no dejaba de repasarme. Relamí mis labios provocadora, u...

Sigo las órdenes de mi amo en el hotel

Tamara, no puede negarse al mandato de su amo y es tomada por tres hombres.

Hola me llamo Tamara, tengo cuarenta años y estoy casada.

Mi marido ha decidido largarse a la llegada de nuestras vacaciones en un hotel de Cádiz. Y yo, harta de su desapego, he decidido divertirme por mi cuenta.

Esta mañana a mi llegada he dejado que un desconocido me masturbara y se corriera en mi boca, mientras me exhibía. (Anterior relato)

No le he visto el rostro porque no he abierto los ojos, me ha gustado el morbo de solo oírle sin saber quién era.

Me ha dejado en la hamaca, c...

Conozco a mi amo en un hotel

Casada aburrida decide dejarse dominar en la piscina de un hotel.

Estoy tumbada en la piscina del hotel, reconozco que algo hastiada y aburrida.

Que mi marido tuviera que marcharse en cuanto pisamos el hotel me dejó un humor taciturno.

No era la primera vez que ocurría, siempre anteponía sus negocios a mí, pero esta vez no iba a largarme y dejar la posibilidad de mi semana de vacaciones en Cádiz.

Me coloqué  un minúsculo tanga para broncearme bien. Odiaba las marcas, pero en el hotel no estaba permitido ir desnudo a la piscina comunitaria, aunque sí hace...