Esa voz, es ella. 3
Espero que aún no se haya cumplido tu fantasía de que te den sobre el escritorio de tu consultorio
En ese momento solo tenía clara una cosa, sabía perfectamente como responderle a Vero, probablemente no era lo mejor o lo más sensato, pero después aceptaría las consecuencias.
Sus manos aún descansaban sobre mis hombros, las tomé y las retiré, me hice un poco para atrás en la silla y ella se movió hacia un lado, me puse de pie, acomodé la silla acercándola al escritorio y levanté la mirada para encontrarme con unos ojos con un brillo tan intenso que jura...