Jugando con negros (3)

kharine sigue follando con un negro y un blanco en un delicioso sandwich. Otro negro se les une al baile.

Allí, estaba yo disfrutando de un sandwich delicioso. En un túnel apenas iluminado. Siendo penetrada por mi vagina por una polla negra descomunal y por detrás por una blanca más fina pero igual de apetitosa.

Y esto no era lo único, había un espectador.

El amigo de mi chico negro, que ya antes, cuando simplemente conversaba con el otro se había limitado a observar, seguía observando, aunque esta vez de una manera activa.

Había sacado la polla de su pantalón y se la estaba meneando rápi...

Hermosa en la lavandería

Amelia se entretiene en un día lluvioso en la lavandería. Las vibraciones de las máquinas le causan un enorme placer que podría acabar en bollo les.

Ir a la lavandería era un placer semanal puesto que allí disfrutaba de la compañía de mi novio. A veces dejábamos la ropa allí y la dejábamos lavándose hasta que unos 45 minutos después volvíamos a por ella. Siempre debíamos llevar monedas sueltas, puesto que el encargado a veces se iba al bar de al lado y no podía cambiarnos.

Los días de mal tiempo nos quedábamos. Charlábamos, hacíamos bromas, leíamos o, a veces, apasionados nos besábamos y metíamos mano si no había nadie, se entiende.

Aq...

Jugando con negros (2)

Sigue Kharine con su aventura interracial. Blancos, negros, en la variedad está el gusto y dos vergas mejor que una.

¡Qué placer más maravilloso me estaba dando mi moreno! Yo seguía retorciéndome sobre la maleta. Mi pubis se intentaba alzar para que su boca siguiera jugando. Su lengua seguía jugando y repasando uno a uno mis pliegues. Sorbía mis jugos.

-Aaahh! Mi linda. ¡Cómo me gusta tu conchita!- Me decía.

Y a la pequeña ostra allí cobijada también la debía de gustar pues empezó a contraerse y a dilatarse de manera convulsiva. Mis tacones de aguja me ayudaban a subir y a bajar mi pubis para que siguiera...

Jugando con negros

Aventuras de Kharine con negros, blancos y blancas en estaciones y trenes.

Nadar entre aguas negras y profundas o blancas y salvajes puede ser una experiencia inolvidable, más si luego zambulles en abismos inexplorados al menos por mi. Kharine vuelve a liarse entre razas y sexos en una maraña convulsiva.

Trabajaba en una fría ciudad castellana y me disponía a volver a mi ciudad por tren. Cogí un taxi con la esperanza de llegar a la estación antes de que partiera mi tren. Eran las nueve menos dos minutos cuando vislumbré la estación, pagué al taxista que sacó mi pesada...