Desayuno

Una buena forma de empezar el día :)

Mi mujer normalmente empezaba la mañana con un tazón de té y tostadas, pero esa mañana eligió beber algo distinto.

Cuando levanté la cabeza de la almohada sólo pude ver su cabello negro deslizándose sobre mi muslo derecho, y el inicio de su rostro inclinado sobre mi pubis, moviéndose rítmicamente. Cuando me sintió incorporarme levantó la cabeza y sonrió.

  • Pensé que jamás despertarías, eso me confirmaría como la peor amante del mundo- dijo, haciendo un puchero con su boca. Acto seguido volvió a...

Anaís III

Sigue el entrenamiento de la esclava y la venganza.

Javier sonrió de medio lado. Jamás habíamos hecho esto juntos, pero la verdad es que lo habíamos conversado montones de veces.Éramos algo bastante cercano a amigos. A veces nos pasábamos la tarde conversando juntos en el bosque, el me llevaba la merienda y yo un libro, seguramente en casa todo creían que follábamos, y por eso tampoco les importaba casarme. Si follaba tanto y no me embarazaba seguramente era estéril y una esposa estéril es un fraude. Por tanto era mejor mantenerme soltera y no arriesgarse a...

Anais II

La dueña invita a un amigo. Relato corto, espero que la continuación sea más larga.

Me miró extrañada, en un principio no entendió, soltó el trapo en la palangana y volvió a mirarme, pero esta vez se veía algo molesta, supuse que adivinó mis intenciones y se sintió traicionada.

Siguió frotándome las piernas con la mano. Abrí más las piernas, tratando de lanzar una indirecta, que no llegó a puerto.

  • Acaríciame allí, suave, no tan fuerte como lo haces ahora. Comenzaste a hacerlo, me viste completa, húmeda, dilatada.

Evitó inteligentemente mi pubis y yo estaba cada momento más...

Anaís I

Una curiosa chica descubre a su esclava favorita siendo forzada por otro esclavo.

Me acerqué a la puerta del cuarto de los esclavos, oí unos gemidos sospechosos, y pensé que podían venir de ella, mi favorita.

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Recuerdo la primera vez que la vi, cuando recién compramos este lote de esclavos, era un niña preciosa, creo que nadie quedó indiferente a su presencia, pero dudo que ella haya notado la mía así como yo la suya. Para los esclavos todos los esclavistas somos iguales, y tienen razón. En cualquier caso ella era diferente, su piel no era tan oscura, no era mucho más oscur...