El consuelo de una hija (Noche 3)
Los hilos del destino, son lazos de sangre.
Mi bella hija se acerca lentamente a mi y roza mis labios con sus dedos aun húmedos a causa de sus deliciosos jugos vaginales, el aroma es enloquecedor, pero me contengo al tiempo que en mi interior una bestia en celo trata de salir, enardecida por las dulces fragancias del sexo.
En la cocina mi hija prepara la cena para los tres, en tanto que yo voy por mi joven amante para invitarla a la mesa, después de un refrescante baño bajamos juntos.
-Te presento a mi hija. -Es un gusto. -Vaya, er...