La ducha lésbica entre madre e hija
Noelia se ducha con su madre desde que tiene uso de razón. Ahora ya ha cumplido los dieciocho años y empieza a sentir que es ella quien debe tomar la iniciativa. El relato es verídico excepto en la parte final.
La muchacha entró profiriendo un "ya estoy en casa" que nadie respondió. El silencio que la recibía no pareció importarle. Con los hombros hizo un gesto despreocupado dejando caer los libros que portaba sobre el mueble de la entrada. No debía tener más de dieciocho años. Vestía una camiseta de tirantes y unos pantaloncitos cortos que mostraban unas piernas redondeadas. Sin ser hermosa tenía eso que se llama juventud y que suele embellecer incluso lo mediocre. Se dirigió al aseo cruzando el pasillo mientras...