Simplemente divino: Prólogo, una luz en el este
Nunca había creído en lo sobrenatural, ni en Dios, ni el cielo y el infierno, ni en los espíritus, fantasmas, ángeles, demonios Pero eso estaba a punto de cambiar.
Nunca había creído en lo sobrenatural, ni en Dios, ni el cielo y el infierno, ni en los espíritus, fantasmas, ángeles, demonios… Pero eso estaba a punto de cambiar. Lo que les voy a confesar a continuación, ocurrió ya hace algunos años, pero nunca me había atrevido a contárselo a nadie por miedo a que se burlasen de mí o me tomasen por loco.
Todo comenzó una mañana de verano. En aquel entonces tenía yo 17 años y, como siempre, mi familia y yo pasábamos un par de semanas en la playa, en casa de mis abu...