Teléfono Erótico (VII)

Rodando una película porno.

Dos meses después, Lorna se encontraba totalmente obsesionada con ese hombre. Todas las experiencia con él habían sido emocionantes, placenteras. Se preguntaba qué le quedaba ya por descubrir.

Carlos la llamó esa noche para decirle que tenía trabajo para ella, sin explicarle nada más. Quedaron para el fin de semana para cumplir con su misterioso trabajo. Evidentemente, podía imaginar más o menos en qué podría consistir.

A la hora en punto, él la recogió como siempre a la puerta de su casa....

Teléfono Erótico (VI)

La puta follándose a dos perros.

Si se ponía a pensar acerca del mejor polvo de su vida, la verdad es que le era difícil elegir entre varios de ellos. Había analizado todos sus encuentros morbosos, y había llegado a la conclusión de que, desconociendo el por qué, lo que más la excitaba era sentirse dominada, usada, despreciada como una puta, como si las putas, o las mujeres en general, no tuvieran derecho a disfrutar del sexo y si lo hacían eran objeto de desprecio o repulsión. Pero lo curioso de ello es que no era ésta su forma de p...

Teléfono Erótico (V)

Un hombre muy especial.

Llevaban saliendo varias semanas. Ya había habido tres cenas, un almuerzo y unos cuantos cafés. Sin embargo, nada de nada. Incluso llegó a pensar que quizás Luis no se sintiera atraído por ella. Pero eso tampoco casaba con sus habituales invitaciones y por su actitud hacia Lorna.

Esa noche habían quedado en su casa para cenar, por lo que se había esmerado en que todo saliera bien: buena comida, buen vino, un ambiente acogedor, etc. Esta vez quería que no se le escapara, no podría hacerse más el ...

Teléfono Erótico (IV)

De vacaciones en la playa.

Con el dinero que había ganado, pudo permitirse un viajito a las Islas Canarias por un fin de semana, lo justo para cargar baterías. Sobre todo le apetecía disfrutar del sol y descansar, descansar mucho.

Su primer deseo tras instalarse en el hotel era ir a la playa. Consultó la información turística que le habían dejado en su habitación, y buscó la playa nudista más cercana. Ahora que estaba fuera de su tierra, que allí nadie la conocía, iba a aprovechar para bañarse y tomar el sol desnuda. Siem...

Mi hijo, mi chulo

Mi hijo me prostituye y disfruta con ello.

Domingo, 14 de Julio de 2.002. 18:51 horas.

Mi hijo, mi chulo

Tuve a mi único hijo a los 19 años. Su padre y yo nos separamos al poco tiempo del nacimiento de David. Él fue y es el centro de mi vida.

Intenté educarle de manera liberal, pero dejando que eligiera su camino. No se parece ni a su padre ni a mí. Y desde pequeño se le vio una gran personalidad.

Desde que nos separamos, yo sólo había tenido esporádicas relaciones sexuales con hombres que no llegaban a conquistarm...

Teléfono Erótico (III)

La primera vez que me ofrecían un servicio como puta.

Pero dos semanas después, su gran jefe volvía a llamarla a su despacho. Se puso nerviosa, pero inmediatamente acudió. De nuevo, el Sr. Arkin le requirió para que se sentara y directamente le preguntó:

  • ¿Quieres ganar mucho dinero como puta?.

Ella, sorprendida, titubeó, pero finalmente dijo que sí. Su jefe sonrió queriendo insinuar que sabía que su respuesta iba a ser positiva.

  • Te pagaríamos 2.000 Euros, pero las condicion es la siguiente:: podremos hacer contigo lo que queramos, sin...

Teléfono Erótico (II)

Le habían pagado dinero por follar, como una puta de verdad.

Todo parecía haber concluido. El Sr. Arkin se había corrido y ella también; seguramente tomarían un descanso para luego continuar, o se despedirían.

Pero, sorprendentemente, él comenzaba a estar excitado de nuevo. Su polla ya no pendía lánguidamente tras su corrida, ahora recobraba tamaño y complexión aunque todavía no estaba del todo erecta. Asimismo, él parecía que quería seguir disfrutándola. Eso la halagó y volvió a subir el primer peldaño de la excitación que conduce al climax. Se alegró de...

Teléfono Erótico

Verdaderamente, se ponía cachonda cumpliendo con su trabajo.

Ella se sentó en la silla justo enfrente del despacho de su jefe. No se dio prisa en sentarse y cruzó sus piernas elegantemente. Por supuesto, llevaba una minifalda estrecha y relativamente corta. Sus largas piernas quedaban expuestas para ser admiradas.

Él la observó complacido, inspeccionándola de arriba abajo. Finge volver a prestar atención a unos papeles. Pasados unos segundos, los aparta y le pregunta acerca de su estado de salud, el cual confirma que había mejorado en pocos días tras las...