Historias de C. Un fin de semana de cabaña 3
C continúa haciendo realidad su fantasía en ese fin de semana en una cabaña con su Señor.
El olor a café la despertó, abrió los ojos, palpó la cama y su Señor no estaba, encendió la luz de la mesita, ¿pero qué hora era?
Se levantó, abrió la cortina, abrió la ventana y los porticones, hacía un sol de mil demonios. Fue al lavabo, se lavó las manos y la cara, odiaba estar así, quería ducharse. Salió al salón-comedor.
-Buenos días bella durmiente, ¿te apetece un café?
Todo estaba de nuevo en su lugar, como si allí no hubiera pasado nada
-Buenos días mi Señor, ¿puedo ducharme?...