Genaro el jubilado (2)
Aquel rabo me taladró el culo y me volvió loco de placer.
Cuando Genaro me dijo eso me excitó mucho más, así que sin pensarlo dos veces me abalancé sobre Genaro y le empecé a comer su enorme rabo, nunca antes lo había hecho con tantas ganas, me costaba al principio pero luego mi boca se hizo al enorme pollón del jubilado.
El me paró y me tumbó en la cama boca abajo, yo me dejé hacer estaba absolutamente entregado a aquel hombretón. Me abrió las piernas y empezó a lamerme mi ojete, lo tenía sudado y aquello le apasionaba a Genaro, me lamió mis enormes p...