La pecosa

Natalia había abierto, estando completamente desnuda. Se puso muy cerca de mi sin darse cuenta, su denso matorral de vellos púbicos negros quedaron a un palmo de mi cara, un poco más arriba, sus pequeños y blandos senos, con esos preciosos pezones oscuros que yo siempre ardía de ganas por ver.

Natalia soy una Ramera

Bueno, la verdad es que no sé como van a tomar este relato mío, ojala no crean que soy solamente un mandilón con cuernos o un tipo sin huevos ni carácter, lo que pasa es que esta nueva situación en mi vida me la ha enloquecido mucho.

Soy un hombre casado de … años, tengo dos hijos, una posición descansada sin llegar a ser rico, y, en fin. Mi esposa Natalia, una pecosita no tan baja mujer, se desvive por brindar a otro toda clases de cariño. Menos a nuestros retoños t...