Por accidente
Todo pasó por una concidencia. Un choque de trafico. Quien me iba a decir como un golpecito de chapa iba a terminar de la forma que lo hizo.
Me dirigía a mi casa como cada día después del trabajo, con ganas de llegar para comer y descansar cuando, al circular con mi coche por la última glorieta que me encuentro, justo a las puertas de mi casa, otro vehículo entra en la glorieta sin cederme el paso, envistiéndome y dañando todo el lateral del mío. Después de dejar los coches donde menos molestasen al tráfico, nos bajamos de los coches para aclarar lo sucedido. Del coche contrario bajo una señora de cincuenta y pocos años, madura pero bonita, rubi...