El campo de reeducación

Una pareja con problemas conyugales decide hacer terapia de pareja. Él tendrá que ser reeducado en un centro especializado.

Con mi mujer estábamos pasando un mal momento, el divorcio parecía inevitable. En casa había tensión, y además yo acababa de perder mi trabajo. En caso de separación tenía yo todas las de perder: mi mujer era hija de una família con cierta fortuna, vivíamos en una casa de su propiedad... Ella tenía todo, yo sin ella no tenía nada. Así que cuando me dijo que deberíamos ir a terapia para intentar solucionar nuestra relación, decidí aceptar.

Fuímos unas cuantas veces a una consulta en la ciudad. Ella se...

El reencuentro (*cont. del relato En el aeropuerto

Continuación del relato "En el aeropuerto", esta vez ya en la ciudad, con un bonito reencuentro

El reencuentro (*continuación del relato «En el aeropuerto»)

La excitación que sentía era la misma de cada vez, cuando entraba en el portal, saludaba al portero, subía en el ascensor... Y ahora se abría la puerta del ascensor, ya estaba en el rellano de su apartamento, y como siempre que teníamos un encuentro la puerta estaba entreabierta para mí.

Entré, y como siempre, cerré la puerta tras de mí, me quité toda mi ropa (la dejé en una esquina junto a la puerta) y me puse a cuatro patas con...

En el aeropuerto

De vuelta de las vacaciones, en el aeropuerto...

Estaba con mi pareja en el hotel ya cerrando las maletas cuando recibí un whatsapp. «Quiero que vayas a recepción; tienes un regalito de mi parte». Me excité inmediatamente, y decidí pasar a recepción.

  • Te espero abajo, cariño.

En recepción ciertamente tenían un paquete para mí. Quise ver qué era. En una relación D/s sabes que no será un regalo sin más, así que me aparté a un rincón para abrir la cajita con discreción. Era un plug anal y un pequeño bote de lubricante. Mi excitación se acentuó....

Queremos tanto a Marta (V)

Torturado por Marta y sus sádicas amigas

Contra Lídia no tenía nada que hacer y lo sabía. Me estaban lloviendo puñetazos y patadas. Por suerte solo tenía un puño americano, el derecho, así que cuando me daba con la zurda me dolía un poco menos.

Lídia se colocó a mi espalda, y con mi poca posibilidad de movimientos, quedé expuesto a sus antojos. Me pateó los huevos y me siguió dando puñetazos, tenía todo el cuerpo morado. Me dejé caer al suelo. Ella se recostó sobre mi, me estaba aplastando. Era una chica de cierto peso, redondita, y me estab...

Queremos tanto a Marta (IV)

Pasamos a la prueba. La banda de Marta es dura y lo vamos a sentir en nuestras propias carnes.

Me habían puesto una bolsa en la cabeza que me dejaba ciego. No veía nada. Solo oía, solo sentía. Sentí como me ponían un collar, lo sentía rozando mi cuello. Me sentí bien con él. Escuché y noté la cadena unida al collar; empezaron a tirar de ella y empecé a andar, arrastrado por esa cadena.

  • Vamos a pasear a nuestro perrito —dijo Lorena, riendo.

Todos se reían. Podía escuchar sus risas, los pasos. Sentía como íbamos cruzando el parque. Me gustaba sentir el collar, los tirones de la cadena. Qu...

Queremos tanto a Marta (II)

Continuación de la historia. Esperamos la respuesta de Marta... ¿Entraremos en su círculo?

Al día siguiente volví al instituto de nuevo con mi nuevo look skin. Era un hombre nuevo. El día anterior, después de dejar a Marta en el parque con su gente, había vuelto a casa casi corriendo. Al llegar me había pajeado, obviamente, ¡había estado un rato con Marta! Y además era posible entrar en su mundo… ¡Eso me hacía tan feliz! No cené con mi familia, no salí de mi cuarto. Me quedé en la cama acariciándome, pajeándome, corriéndome pensando en ella. No había pegado ojo en toda la noche, por los nervios....

Queremos tanto a Marta (I)

Un estudiante de instituto está loco por su compañera y la estética skin. Intentará entrar en su mundo...

¡Quería tanto a Marta! Marta era una compañera de instituto. Estábamos en la misma clase, en el último curso. Marta me cambió. No. Por Marta cambié. Si, así es. Marta me cambió. Mi forma de vestir, mi forma de ser. Pero vayamos por partes. Yo veía a Marta y me daba un vuelco el corazón. No podía ni hablar con ella, me excitaba y me dejaba mudo. Era bonita, sí, pero no más que otras chicas del instituto en las que apenas me fijaba.

Marta tenía presencia. Sí, eso es: presencia. Vestía siempre con esas b...

Queremos tanto a Marta (III)

Nos presentamos en el parque para pasar la prueba. ¿Seremos aceptados en la banda de Marta?

El viernes por la mañana fui al instituto. Estaba en un estado de gran excitación por los acontecimientos de los últimos días. Tenía ganas de ver a Marta, pero no vino a primera hora y no me extrañó. Pasaron las horas y las clases y Marta seguía sin aparecer. No, no vino en toda la mañana. Antes de la última clase salí del instituto. Estaba cansado, tampoco me enteraba de nada de lo que pasaba en clase, así que ¿por qué no huir del instituto por una hora? Además tenía un pálpito: a lo mejor encontraría a Ma...