Compañera de trabajo 1
Sin pretender serles infieles a nuestros respectivos cóyujes surgió hacer el amor.
En cuanto dieron las cinco me dispuse a recoger los bártulos de mi mesa de trabajo para irme a casa donde, tras recoger a los niños del colegio, me esperaría mi mujer. Cumplidos los treinta, hacía ya varios años, me sentía feliz, casado y con dos hijos, por lo cual cuando Laura me pidió que la acercase al centro no puse pegas.
Instalados en el coche, mientas conducía por el infierno de tráfico en hora punta, estuvimos hablando de nuestras respectivas vidas, como solía ser habitual. Yo le contaba...