Al despertar
Una masturbación al empezar el día.
Sonó el despertador.
Nada más despertar noté como mi polla estaba totalmente erguida y dura como el hormigón.
Seguro que había soñado con algo excitante, pero no recordaba el qué.
Salté de la cama como duermo, desnudo, y sin ponerme nada me dirigí al cuarto de baño.
Me puse bajo la ducha y empecé a enjabonarme el cuerpo.
La polla no se resignaba a disminuir su rigidez y dureza.
Entonces me cogí la polla con una mano, bajé la piel y dejé al descubierto el glande.
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