Tortura particular

Notaste como tus leggins empezaron a resbalar por tus piernas hasta acabar en tus tobillos. “Ufff”, fue lo único que salió de tus labios. Mi boca empezó a besar tu cadera, alrededor del hilito que sostenía el tanga negro que llevabas puesto. Tu respiración se fue acelerando cada vez más

Todo empezó como una noche cualquiera de verano. Habíamos quedado a las 21:00 en el bar de mi calle para tomar algo y ponernos al día, cuando mi teléfono empezó a vibrar. “No me mates, pero voy a llegar un pelín tarde”, escuché nada más descolgar. “He tenido que hacer unos recados y se me ha echado la hora encima. Me ducho rápido y salgo, lo prometo”, se apresuró a decir. Miré la hora y vi que ya eran las 20:32. “¿Un pelín tarde?”, respondí riéndome. “Bueno, después de un mes sin vernos, no creo que media h...

Fantasía en el ropero

Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.

Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.

"Me ha vuelto a liar", pensé contrariado. Allí me encontraba, de pie esperando que mi chica se terminara de probar un sin fin de prendas, de la cuales, lo más seguro, al final no se iba a comprar ninguna. "Cariño, ¿qué te parece?", dijo abriendo el pr...

Una cita indecente

Vamos a hacernos muchas, muchas fotos, hasta que nos echen o me corra, está en tus manos". Ante estas palabras, mis dedos empezaron a moverse, primero con suavidad

"¡¡Buenos días mundooo!!", fue lo primero que escuché al descolgar el teléfono. Mis primeros pensamientos fueron de rabia porque, para un día libre que tenía, me habían despertado pronto. Pero esa rabia duró poco cuando volví a escuchar esa vocecita inconfundible de nuevo: "!!Buenos, buenos días¡¡" No pude reprimir mi sonrisa, ni la felicidad que me invadía con solo escuchar su voz.

La conversación duró unos quince minutos, pero para mi se pasaron como si hubieran sido solo dos. Habíamos quedado esa m...