Aventuras con un admirador secreto
Cuando encontró aquella nota en su puerta no sabía de qué sería capaz aquel admirador secreto. Y es que la regaló una de las mejores experiencias de su vida...cargada de azotes.
La rutina era una mierda, de eso estaba segura, se había pasado toda la mañana sin perder de vista el movimiento de las manecillas del reloj de la oficina, como si eso pudiera hacer que el tiempo pasara más rápido… La semana había sido agotadora y no veía el momento de disfrutar del fin de semana, por lo que cuando llegó a casa ese viernes por la tarde, lo primero que Claudia hizo fue deshacerse de las botas, los vaqueros y la chaqueta para buscar su camiseta larga favorita y refugiarse bajo el edredón de s...