Sus olorcillos en el metro
Un viaje en el metro terminó en uno de los encuentros sexuales más placenterois de mi vida.
Regresaba a media tarde de una reunión y comida de trabajo. Estaba sentado en el metro, en el asiento justo al lado de la puerta, y medio adormilado. El metro se iba llenando de gente mientras avanzaba hacia el centro de Madrid. En una estación de subió una mujer madurita y con un cuerpo bien moldeado y unos pechos abundantes y firmes. Se quedó junto a la puerta, muy cerca de donde yo seguía sentado. Se veía que venía del gimnasio. Vestía unas mallas y una camiseta deportiva debajo de un chaquetón. A la esp...