Fuí su presa en la cacería (3: Forzada)

Como recordarán, al día siguiente iríamos al pueblo a comprar. Yo iría vestida como Noelia y me presentaría en la tienda y la taberna como su sobrina por precaución pero que yo supiera que era “su noviecita querida”. Esa noche volvimos a disfrutar del sexo

Fui su presa en la cacería III. Forzada.

Autor: Noelia

Como recordarán, al día siguiente iríamos al pueblo a comprar. Yo iría vestida como Noelia y me presentaría en la tienda y la taberna como su sobrina por precaución pero que yo supiera que era "su noviecita querida". Esa noche volvimos a disfrutar del sexo hasta agotarnos y confirmar que era su mujercita. Sus momentos violentos, dominantes, acentuaban mi dependencia, sobre todo a la hora de ser su hembrita carnal y sentirme usada. Su e...

Fuí su presa en la cacería (1: Descubrimiento)

De esa manera quedé yo enganchada a la cacería con Roberto, quien se encargaría de mi formación. Hablo de un hombre, entonces de unos 45 años, de mucha confianza de mi casa, a quien ya describí innegablemente atractivo. Me sumé al plan de cacería y de camino a la Sierra, me enteré que sólo íbamos él y yo; que, como mi padre, dos cazadores más habían desertado. Me sentí extraña. ¿Que iba a pasar cuando se convenciera de que no era yo una buena pareja para una cacería de monte? Durante las dos horas de viaje no podía dejar de sentir la fuerza de esa masculinidad a mi lado y su trato me hacia sentir demasiado bien. Al menos la excursión sería agradable.

Fui su presa en la cacería I. Descubrimiento

Autora: Noelia

No empecé como todas a los 11 años robando ropita de mamá ni de mis hermanas… aunque tenía indicios de mis inclinaciones femeninas, todavía a los 18 años no eran tan claras. Sólo sabía que un hombre en especial, Roberto, el mejor amigo de mi padre, me llamaba la atención, me inquietaba con su presencia, estaba como vendida por su olor mezcla de un perfume muy varonil y algo muy suyo que no podría describir. Lo que más impresionaba...

Fuí su presa en la cacería (2: Su mujercita)

Ese hombre me había desvirgado y hecho mujercita hacía unas horas. Y todo lo que pueden imaginarse que una adolescente ilusionada podía sentir ante un hombre que desprendía esa fuerza erótica lo sentí yo al verlo nuevamente. Me acerqué yo como una perrita contenta con el regreso de su amo.

Fui su presa en la cacería II. Su mujercita

Por: Noelia

Si leyeron mi primer relato, recordarán que cuando volvió Roberto del bosque que rodea la pequeña casita de cazadores, no salía de su asombro al verme vestida de niña, con mi pelo negro liso recogido con un moño y mis hombros descubiertos por la blusa blanca que había escogido para esperarlo. Recuerdo intensamente su reacción cuando me vio vestida así, mis piernas enfundadas en medias hasta medio muslo, negras rematadas en encaje que ...