Erótika presencia
La aureola de sus pechos pedia a gritos mi boca, mientras su culo estaba sediento de mi leche.
Mi posición era sumamente estratégica, había estado parapetado casi media hora, pero el culo de mi vecina lo merecía.
Por fin llego el momento, reconozco que al principio me decepcione un poco, no podría ver la carnosa raja de su culito, esta vez llevaba un mini short y me tocaba imaginar, como compensación llevaba un ancha camiseta de algodón, convenientemente abierta por las axilas, las tetas grandes y firmes se podía decir que pugnaban por escaparse libres hacia mi boca, nunca me había imagin...