Un pequeño orificio (2)
Su verga se erguía imponente delante mío. El momento había llegado.
Un pequeño orificio
Un mundo ante mis ojos
(segunda parte)
Mis ojos estaban fijos en su dura carne. El me miraba y esperaba que yo hiciera algo. Pero jamás lo había hecho. Toda mi sexualidad estuvo detrás de puertas de baños. Desde allí lo había visto. Pero ahora, nada me separaba de él. Por primera vez un hombre me veía y me ofrecía de esa manera su verga.
Con su dura verga saliendo de su pantalón, se acercó a mí y me dijo: ¿es tu primera vez, verdad? Le contesté que sí, que nu...