Sexo mercenario para un divorciado 4
Nuestro divorciado intenta vivir el día de la marmota, o más bien la noche, detener el tiempo, que los números del contador no hagan el griego, que se detengan para que su tarjeta de crédito no quede esquilmada.
Lo peor del sexo mercenario es la falta de cariño. Solo una vez encontré una mercenaria que me trató con cariño, que fue casi mi amiga y que era un amor. Era argentina, unos cuarenta años, un cuerpo espléndido, rumboso, para un tango horizontal y hasta vertical porque a pesar de la rotundidad de sus curvas estaba muy ágil, en buena forma. En aquel tiempo yo tendría unos veintimuchos años, me sentía un viejales y andaba tan necesitado de sexo como ahora, que soy un viejales y se me suelta la risa cada vez qu...