En el sofá

Un sábado, una película y una novia que me somete.

Ya era hora de tener un fin de semana libre. No recordaba cómo se siente uno sin tener que ir a trabajar al día siguiente, y aquel sábado me ayudó a reciclar los madrugones y el agobio de la rutina y el transporte público. El parte meteorológico informaba de fuertes lluvias y vientos, justo lo que nos hacía falta. Sí, nos hacía; a ella y a mí. Mi novia tampoco tenía que trabajar hasta el lunes, así que pudimos pasar el fin de semana juntos, haciendo cualquier cosa que nos apeteciera. Ella es uno de los pila...