Sometido por mi mujer
De como un marido se convierte en el sumiso de su mujer.
Yo estaba con la libido subida. Debía ser la primavera. Le pedía sexo con mucha frecuencia, y ella lo disfrutaba. Yo siempre había tenido muy sensibles los pezones. Ella lo sabía. Me los acariciaba, los lamía y los chupaba. Pero un día fue distinto. Yo estaba encima de ella, cuando empezó a pellizcarlos. Cada nueva presión en mis pezones parecía hacer crecer mi polla dentro de ella, y yo se lo agradecía con una nueva embestida. No me dolía, me gustaba. Entonces me puso las manos en el culo, y me dio c...