Noche en el calabozo
Un joven que conduce a gran velocidad sin licencia es detenido por la policía. Los agentes le obligan a hacerles una mamada camino de la comisaría y una vez en el calabozo se lo entregan como juguete sexual a un enorme negro que le hará delicias.
Aquella noche yo había salido con el coche de mi padre, un deportivo estupendo que yo procuraba usar cuando él no estaba. Claro que había un problema: yo no tenía carné de conducir. Me encanta conducir a gran velocidad, así que puse el vehículo a no menos de 180 kilómetros por hora. Así que no fue raro que, poco después, una sirena se situara detrás de mí. Era la policía. Un coche me adelantó a gran velocidad y se situó delante mía, hasta hacerme parar en el arcén de la carretera. Dos policías bajaron rápid...