Profesora lujuriosa III
Nueva entrega de esta serie de relatos.
El deseo de más placer me enceguecía y no veía nada de lo que hacía (o podía llegara a hacer). Me encaminé hacía donde estaba la profesora, pero antes, decidí traer conmigo a mi compañera, por lo que aferrándola fuertemente del brazo, la empujé contra el suelo. Aprovechando que la directora se hallaba aún de rodillas y con el culo erguido, me incliné levemente y tomando a la joven de su cabello, le ordené: “Cómele el culo!” “Perooo…”, fue su débil respuesta. “No me oíste? Házlo ya!”, le grité, mientras suje...