Hoy quiero dos vergas, mi amor. Parte 2

Ahí estaba. Cabalgaba durísimo a Raúl, Santi se acercó y metió su miembro, casi a la fuerza, en mi boca. Dios, que bien se sentía. Comencé a gemir. El plug anal hacía su trabajo de maravilla, me sentía dilatada, lista para recibir a cualquiera de los dos en mi recto. Ansiaba el momento de tenerlos.

Ahí estaba. Cabalgaba durísimo a Raúl, Santi se acercó y metió su miembro, casi a la fuerza, en mi boca. Dios, que bien se sentía. Comencé a gemir. El plug anal hacía su trabajo de maravilla, me sentía dilatada, lista para recibir a cualquiera de los dos en mi recto. Ansiaba el momento de tener dos vergas penetrándome. Qué suerte que Santi aceptó mi propuesta.

–Hoy quiero dos vergas, mi amor.

*–Me encanta que seas así de zorra–me contestó mientras metía dos dedos en mi vagina–. Seguro que esto t...

Hoy quiero dos vergas, mi amor. Parte 1

Qué puedo decir. Me gusta la verga. Él no despertó. Le doy unas tres mamadas lentas, desde la punta hasta la base con una succión media. No entiendo cómo me puede volver loca mamar verga. Tal vez sea el camino a través del sometimiento para la liberación.

Abro los ojos. Lo primero que siento es la verga de mi novio creciendo entre mis nalgas. Sé que son las 7 de la mañana. Santiago tiene su primer erección del día siempre por esas horas. Lo conozco bien, demasiado bien, para ser sincera. A veces quisiera que no fuese así, que pudiéramos tener una especie de amnesia selectiva, y bajarle números al contador del sexo, de las discusiones y de los celos; tener un botón de pánico que reinicie el sistema, cada vez que se acumulen los problemas. Así los amantes podr...