La reja

Un hombre deseoso; una mujer dispuesta y una verja entre los dos. Pero donde hay un agujero, hay un camino.

Ya se lo podían esperar de mí. Ya me lo podía esperar de mí, de hecho. Ser el último en terminar. Casi mejor así: cualquier otro resultado habría sido un “hey, cacho vago”. Todos los demás podían terminar cuando querían pero yo no. Oh, yo no.

Pero es igual. Al final del día, me suelen dejar tranquilo allá arriba, donde nadie más quiere trabajar. Sólo en el invernadero, nadie me molesta. Claro, ellos dirán que soy yo quien no molesta a nadie. Tonterías.

Y siempre es igual: a media luz, apenas ilu...

Infecciosa vecina

¿Habéis oído hablar de la gripe H? ¿Y de la gripe F? Unos cuantos desearían que hubiera una epidemia de esto...

Siempre he tenido la costumbre de sestear profundamente después de comer. Dedicarme a mi trabajo desde la más oscura de las mañanas me dejaba para el arrastre y me obligaba a recuperar energías. Pero nunca llegaba a caer en un profundo sueño pues hoy, como cualquier otro día, mi joven vecina Sofía atravesó el umbral de la habitación. Era la rutina habitual: Yo, medio adormilada por la siesta de después de comer y Sofía, aburrida, que, tras haber caminado los cuatro pasos que separaban nuestras puertas, entr...