La Posada de Isabel - I

Este es un relato que ya publicó mi amigo Alcagrx, y que escribió basándose en lo que yo le conté. Ahora, con algunos recuerdos y detalles más, y con su permiso, lo vuelvo a colgar: mis aventuras con la primera dómina de mi vida. Un relato que empieza suave, pero que se va volviendo más y más duro.

I

He de confesar que no descubrí mi pasión por la dominación femenina hasta hace algunos años. En realidad, desde la adolescencia ya me atraía ser sometido, pero aún no me había dado cuenta de que, en el fondo, deseaba que mi verdugo fuese una mujer, preferiblemente esbelta y hermosa; pues, con solo catorce o quince años, ya aprovechaba cada ocasión en que me quedaba solo en casa -era una casa con jardín, en un pueblo pequeño- para desnudarme y encadenarme, usando las cadenas que había en el garaje pa...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - y XIV

Terminan las aventuras de K en Oprisor: es anillado, y por supuesto recibe otro castigo; esta vez, sin embargo, le espera una sorpresa final...

A la mañana siguiente, cuando formamos en el patio para ir a trabajar, el hombre seguía allí colgado, semiinconsciente. Y seguía igual cuando regresé de arar, aunque parecía que se había recuperado un poco; sin embargo, solo balbucía incoherencias, y observé que, justo debajo de su maltratado cuerpo, había un pequeño charco, seguramente de orina, y restos de una defecación. Algo que la jefa de las guardesas, cuando llegó el momento de la segunda tanda de azotes, no pasó por alto: *“Nadie te ha dado permiso...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - XIII

Mientras espera la llegada de más esclavos, K es sodomizado y azotado. Y, luego, presencia el terrible castigo a uno de los recién llegados, que ha osado levantar la mano contra una guardesa.

De inmediato, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo; yo jamás había sentido la menor atracción por mi mismo sexo, y desde luego jamás había tenido una relación sexual con ningún hombre. Ni activa, ni pasiva; pero no era solo eso: lo peor eran las dimensiones de aquellos consoladores. Aunque cada una había elegido un modelo diferente, todos eran realmente enormes; el más reducido superaba, con mucho, el tamaño de mi propio miembro en erección, y había alguno que, sencillamente, era monstruoso. Mi compañer...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - XII

Todos los esclavos, menos K y otro, terminan su tiempo en el campamento; así que las guardesas tienen mucho más tiempo para ocuparse de él. Y, además, las ayudan las mujeres del pueblo próximo...

Mi vida continuó igual durante las siguientes dos semanas: trabajando de sol a sol, bajo los continuos fustazos de las guardesas -acabamos aquel enorme campo, y aún aramos otros dos, iguales o mayores-, comiendo mal, durmiendo tirados en el suelo, y recibiendo de vez en cuando otra tanda de latigazos. De hecho, más o menos cada cinco días; el día que cumplí quince como prisionero en aquella granja había recibido, la víspera, mi tercera sesión de látigo: otra vez tres docenas de latigazos, que vinieron a cae...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - XI

La vida de K en la granja-escuela: trabajo agotador, un montón de latigazos y, al final... ¡siempre aquel terrible desinfectante, hasta el fondo de la uretra!

Nos despertaron, a patadas, en cuanto se hizo de día, y nos sacaron al patio a formar; a aquella hora hacía algo de frío, pese a ser el mes de junio, y todos teníamos la piel de gallina. Es más, alguno incluso tiritaba. Al mirarme la piel, incluida la poca que podía ver de mi espalda, me llevé una gran sorpresa: las marcas de los azotes de la víspera prácticamente ya no se veían; solo algunas, ya borrosas, se insinuaban en mis muslos, quizás el lugar donde la piel se marca con más facilidad. Y, al mirar a m...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - X

Tras una pausa por vacaciones, continuo con las aventuras de K; aquí están sus primeras experiencias en la granja-escuela para esclavos.

*“Este es un lugar muy curioso, ¿sabes? Mucha gente ha oído hablar del castillo OWK, pero esta granja se mantiene en la discreción más absoluta. Solo unas cuantas organizaciones europeas, como nuestro Círculo de Sometidos, tienen acceso a ella, y son precisamente las que la financian; así que es inútil buscarla en los foros de internet, y menos en los anuncios. Su propósito es muy simple: infligir a los esclavos que la visitan el máximo sufrimiento posible, para convertirlos en lo que deben de ser, animalil...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - IX

Una vez que le han curado la quemadura, K viaja a la escuela de esclavos, en Rumanía, donde pasará las vacaciones

El tratamiento, sin embargo, fue un éxito; tanto por la crema como por las visitas a la dermatóloga, muy útiles desde un punto de vista médico. Casi tanto como, para mí, resultaron desde el primer día humillantes y dolorosas; ya en cuanto telefoneé para pedir la primera cita, diciendo que era K y que les llamaba de parte de la Señora, el tono de la recepcionista cambió de amable, a muy seco. Tras consultar la agenda, para asegurarse de que yo fuese el último visitante de la jornada, me dio las indicaciones...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - VIII

Antes de ser enviado a una escuela para esclavos, K es marcado con un hierro al rojo vivo.

Aquella semana era la última de clases en el colegio, y para la siguiente teníamos exámenes; así que yo estaba cargadísimo de trabajo, y en el fondo agradecí que, el jueves, no apareciese ningún sobre en mi buzón. Aunque eso supusiera dejar de ingresar los mil euros acostumbrados. Pero aquella misma noche recibí un Whatsapp de la Señora, convocándome a su casa para el día siguiente por la tarde; contesté de inmediato, “Lo que usted mande, Señora” , y a las seis en punto llamaba al timbre de su mansión....

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - VII

Terminado ya el concurso, K pasa un día entero al servicio de una mujer malvada, quien lo tortura usando electricidad

En toda la semana siguiente fui incapaz de sentarme; no solo eso, sino que tuve que ir al trabajo con un discreto y fino pañal. Pues, pese a la pomada que generosamente me apliqué varias veces al día, las heridas en mis nalgas tendían a sangrar con facilidad; y prefería no pensar en el rapapolvo que Míster Campbell me hubiese echado, si hubiese visto sangre en la parte trasera de mi pantalón. Pero de lo que no me libró mi estado doliente -no solo ahí, pues uno de mis atravesados testículos seguía muy afecta...

K, Esclavo del Círculo de las Dóminas - VI

Continúan las pruebas del concurso: K es torturado con pinzas en sus pezones, y golpeado con la vara.

Me acerqué al panel temblando de miedo, pues si todas las pruebas eran del mismo estilo -y yo no tenía motivos para pensar lo contrario- aquello podía ser terrible; no paraba de recordar lo que la mujer me había dicho, sobre el pobre chico que tuvo que soportar casi docena y media de ellas. Así que, de los nervios, por poco se me cae la tarjeta al suelo; esta vez el texto parecía algo más corto y, cuando por fin me atreví a mirar, leí en voz alta lo que decía: *“Soportar, con unas pinzas de mariposa, el pe...