La ducha
De cómo se puede perder el control (se trata de una situación real) ante algo bello, sin reparar en las circunstancias.
La ducha
Sucedió sólo una vez. Yo acudía todos los lunes, miércoles y viernes a clases de baile en un centro en donde además había un gimnasio para musculación. Desde que ocurrió aquello dejé de ir, así, de golpe y porrazo. ¿Qué pasó? Enseguida lo cuento.
Fue un viernes de invierno, a mediados de diciembre. Había terminado la clase (era de ocho a nueve de la tarde) y me estaba cambiando en el vestuario. Un chaval aproximadamente de mi edad entonces (25 años) se estaba desnudando para entra...