La tranca del mino

De como un mancebo de la antigua Grecia se pierde por una buena polla en los laberintos de su vida.

El oráculo ha hablado con verdad, no faltó certeza en sus predicciones. Como fue vaticinado, me encontraba entre la fila de jóvenes dispuestos para la ofrenda, a los que pasaba revista la hija del rey tal como su padre lo hacía con los soldados de sus tropas guerreras. Los jóvenes eran auscultados con minuciosidad casi obscena por la muchacha. Miré disimuladamente, y, a pesar del temor, con cierto deleite hacia mis compañeros sin volver la cabeza para notar la escena montada. Están desnudos como yo. La much...

El viejo lobo

Un hombre vuelve al pueblo de su adolescencia para descubrir lo que su razón niega... "El hombre de cabello cano y espesa barba se desenvolvía con destreza en su quehacer, podía ver cada músculo de su espalda que al tensionarse con cada hachazo, parecían querer desgarrar la ceñida camisa que..."

Hacía muchos veranos que no volvía al pueblo, la vida y las libertades de la ciudad me habían absorbido por completo desde el día en que con solo diecisiete años me libré de las cadenas y corrí a hacer mi vida fuera. Decir que aquel viejo caserío seguía igual después de casi veinte años, sería una exageración, porque en realidad lo encontré empequeñecido, muchas casas vacías con las añosas paredes de piedra casi en ruinas y las calles que ya son desniveladas en un pueblo de montaña, eran ahora intransitable...

El viajante

Un hombre sumido en la vorágine del consumismo busca como llenar su profundo vacío... "aumentaba el mover de mis caderas haciendo que mi ojete se ajustara a las formas del falo que dejaba entrar y salir de mí a voluntad, contoneando mis nalgas en un movimiento circular con cada profunda penetración"

Armand acariciaba con una mano mi entrepierna, y con la otra mi espalda hasta llegar a mi cuello. Dejé caer hacia atrás mi cabeza que descansaba completamente sobre la palma acogedora de la mano de aquel hombre, y mi cuello quedaba por completo expuesto al roce de sus labios, que se limitaban a unas caricias que no llegaban a ser besos. Nunca un hombre había despertado en mí tales emociones, y jamás pensé que podría soportarlas. En un arrebato lo abracé para forzar un beso, ese que tanto deseaba, pero él se...

EL MUJIK (El Campesino Ruso)

Un terrateniente que desprecia al campesinado conoce a un Mujik que hará tambalear sus creencias. "...Introdujo nuevamente su pene en mí, de una sola vez impulsado por todo el peso de su cuerpo enorme. Los gemidos entremezclados... []...Al ver sobre su verga restos de su semen, que ahora era mío..."

Mi nombre es Alexei Nikolaievich Petrov, en confianza Liosha. Desde la emancipación de los siervos de nuestra querida Rusia, poco he tenido por decir en favor del Mujik ruso, no así mi inseparable compañero Kolia quien siempre encuentra motivos para defenderlos.

Kolia y yo somos hijos de terratenientes de la Rusia del Zar y nos conocemos desde muy niños. Cuando cumplió veinticinco años, su padre lo consideró demasiado crecido para estar soltero y arregló un enlace con la hija de un renombrado Genera...

El macho de mi tía

Puso mis piernas sobre sus hombros y se acercó a besarme,con un beso bastante animal, yo comencé un movimiento con mi vientre indicándole la urgencia de que me poseyera. Pero se detuvo en mi boca cuanto quiso. Introdujo de improviso la cabeza de su tranca en mi culo lubricado por su abundante saliva

Papá murió hace algunos meses, y en pleno montaje del espectacular velorio, no tuve mejor idea que comerle la polla a uno de los ayudantes de la casa funeraria, en uno de los cuartos de descanso. Antes de horrorizarse, querido lector, debo decir en mi defensa que mi padre hacía años que se había retirado a una casa en el campo llevando una vida que no incluía a nadie de la familia, A Nadie, por lo que mi relación con él era prácticamente inexistente. Por otro lado... el ayudante estaba buenísimo...

Lo...

Sombra en Venecia

Un hombre triste, hasta que alguien lo hace mirar atrás... [...] lo vio parado meando a mares, su miembro viril en pleno se ofrecía esplendoroso a su vista, manaba un chorro abundante y espumoso, y el matorral tupido que coronaba a esa verga se le antojaban deliciosos. Cerró la puerta, acarició...

Juan soñaba con la tarde en que no regresaría a casa de su trabajo, se iría de putas con los amigos y no volvería hasta pasados al menos tres días. Pero Juan volvía, siempre volvía. Muy a su manera adoraba a su esposa, ama de casa perfecta, fiel a su marido contable de una gran empresa con un sueldo respetable y vacaciones pagas una vez al año. Pero no podía dejar de preguntarse qué había sido de aquel colegial que supo ser, dispuesto a todo por un buen polvo con algún compañero del internado.

Juan...

Camionero

Sin pensarlo comencé a desabrochar su pantalón, su verga en alto parecía rogar por mis labios que pronto no podían casi abarcarla. Era hermosa, gruesa y dura como nunca antes había probado, su salado sabor me inundaba, y su aroma embriagaba mis sentidos. Su mano bajaba por mi espalda adentrándose...

Ay, si esas cabinas hablaran... secretos entre kilómetros de ruta que puede guardar el simple camastro de un camión. Ser camionero otorga automáticamente la "chapa" de Macho. Manos viriles, firmes al volante, pueden estremecer al más precavido de los viajeros de la ruta -que sin medio ni destino buscan quien los lleve por esos caminos de Dios- cuando un camión se orilla y abriendo la puerta del acompañante invita a subir por igual al ingenuo y al experto. Ocupar la butaca de al lado, implica devolver el fav...