Dos maduras para Felipe.

Felipe se ve obligado a trabajar en una profesión que no le gusta nada, pero comprobará que no hay mal que por bien no venga.

Felipe no podía decir que había tenido mala suerte ni que la vida lo había perjudicado, era un hombre joven de 23 años, cuerpo atlético, buena salud y relativamente inteligente. Simplemente su toma de decisiones no era del todo acertada en la mayoría de los casos, una serie de decisiones e incidentes hizo que nuestro amigo se viera en una situación algo desesperada, sin trabajo, familia que le ayudase o pareja a su lado se encontró con que le echaban del piso compartido donde hace más de un año que vivía. H...